Al Socaire

Al Socaire, que debe su nombre a una expresión marinera que significa “al resguardo del aire”, es el restaurante de la Casa de Cantabria de Madrid, ubicado a escasos metros del Retiro y de la nueva milla de oro de la restauración en la capital (entre Menéndez Pelayo, Ibiza y Narváez). Pero sobre todo, es el proyecto de tres mujeres cántabras en plena madurez profesional, en el que se han embarcado por la ambición de triunfar por sí mismas en una plaza tan exigente como es la capital.

Imagen Al Soc

Con capacidad para unos cien comensales el espacio ofrece una decoración elegante, sobria y atemporal a la vez que acogedora en la que destacan dos grandes fotografías de Cantabria: una del litoral de Suances, donde se puede ver el hotel de Mariví, y otra del Puerto Chico de Santander. A esto se suma la magia de la música en directo que suena los fines de semana. Del espacio destaca especialmente la imponente terraza que lo precede; una terraza al resguardo del aire y con barra exterior donde se podrá comer y cenar cuando el tiempo lo permita o tomar unas copas en su zona chill out.

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La propuesta de Al Socaire se basa en esa cocina sustanciosa y memorable de las casas, en la picada a mortero y el chup chup. Es pura tradición hecha sin prisa y con cariño, con acierto en los tiempos y las cocciones pero con el refinamiento, la ligereza y el toque contemporáneo propios de la restauración actual. Su fuerte son los platos de cuchara, un apartado en el que son fijos el cocido Montañés (la especialidad de la casa), la sopa castellana (muy sabrosa y sin grasa) y la sopa de cocido. Además hay siempre un guiso del día: desde una fabada o un cocido lebaniego (distinto al madrileño porque utiliza el garbanzo Pedrosillano) hasta una marmita de marisco, atún o bonito o unas patatas con rape o rodaballo. También destacan los arroces melosos (de bogavante y de centollo del Cantábrico) y las paellas.

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Aunque con guiños también a la tradición culinaria de otras comunidades, la cocina de Al Socaire es eminentemente cántabra. De allí, de Cantabria, traen las alubias del cocido Montañés (más pequeñas y redondas que las fabes asturianas), los quesucos del Liébana, el pulpo (que hacen a la brasa), las anchoas (que se sirven sobre pan de cristal con un delicado aliño), el calamar de las rabas (que aquí se rebozan solo con harina, sin pan) y los maganos encebollados, otra de las especialidades del restaurante que se hacen con cebolla caramelizada y la tinta del chipirón.

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También traerán algunos pescados y mariscos en temporada como el bonito, la sarda o el bocarte, mientras que el resto del año se nutrirán de los pescados salvajes y mariscos más frescos y ricos del día.  Entre las propuestas para carnívoros destacan los callos a la madrileña y el solomillo de salsa de picón de Bejes-Trevelez.

De la oferta culinaria sobresalen también los postres caseros que recuerdan a la infancia. Especialmente el arroz con leche fresca  y la lecha frita, ambas recetas de la propia Mariví. La bodega por su parte es sencilla, variada y con alguna curiosidad, como por ejemplo, un albariño de Cantabria.

AL SOCAIRE

Dirección: Calle Pio Baroja, 10 (junto a la Casa de Cantabria de Madrid)

Teléfono: 914 93 88 04

www.restaurantealsocaire.es

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Publicado el: 22-02-2017

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