Está claro, ha llegado el invierno.
Potterybarn
Todavía nos falta más de un mes para adentrarnos en esta estación, pero las bajas temperaturas ya se han instalado en nuestras ciudades, y el temporal de frío y nieve que ha azotado España estos días, no ha dejado lugar a dudas, estamos en invierno, por tanto, objetivo calor.
Hace muchos años, los romanos idearon un curioso sistema de calefacción que a día de hoy todavía se conserva en algunos pueblos de Castilla. El hipocausto, era un agujero situado en una pared del sótano de la vivienda, donde se hacía un fuego, cuyo calor, se hacía llegar a la habitación principal de la casa mediante un sistema de conductos situados bajo el suelo de la vivienda.
Esto hacía que al menos una de las habitaciones de la casa, tuviera una temperatura adecuada a los fríos inviernos. Esta habitación tomó el nombre de “la gloria”. De ahí el famoso dicho que utilizamos cuando nos encontramos en una situación placentera, “estoy en la gloria”.
Hoy en día los sistemas de calefacción son muchos y muy variados. Pero además de mediante sistemas de calefacción, existen muchos otros modos de conseguir el efecto calor en una casa.
Los colores nos transmiten sensaciones muy diferentes. Existen colores fríos y colores cálidos, por lo tanto está claro por cuales debemos decantarnos si buscamos calor de hogar. Los tonos amarillentos, naranjas, rojizos, ocres, los tonos tierra, los marrones… todos ellos son colores fundamentalmente cálidos. Son los más adecuados para decorar casas de invierno, viviendas orientadas al norte, o salones de estar.
Jotun
El estilo también marcará en gran medida la calidez de la decoración. Aunque hay quien apunta que cualquier estilo puede adaptarse para una decoración más fría en unos momentos y más cálida en otros, la realidad es que tan complicado es que una estancia en la que impere un estilo colonial resulte fría, como que una en la que el minimalismo sea dueño del ambiente, resulte cálida.
Banak
El calor en la cama también ha sufrido una evolución. Desde el ladrillo caliente, pasando por la bolsa de agua, atravesando una gruesa capa de mantas, sabanas, colchas y demás telares, hasta llegar al nórdico de plumón. Esponjoso, vaporoso, etéreo, que no pesa, y es quien más calor nos aporta de todos los métodos anteriormente citados.
Lo mismo sucede con la manta del sofá, los plaids y demás textiles. La rafia, el algodón y la franela que vistieron nuestra casa durante el estío, son sustituidos ahora por las pieles, la angora, el borreguito, las plumas…
La cocina suele ser una de las estancias más calientes de la casa, aunque solo sea porque la tarea de cocinar requiere calor, y eso, caldea el ambiente.
Ikea
Las fuentes emanadoras de calor en la cocina también han sufrido una evolución. Pasamos de cocinar a fuego real, a disponer de la más selecta gama de placas vitrocerámicas, inducción, hornos de última generación, microondas…
Hay muchas maneras de que nuestra casa entre en calor, o por lo menos de que nosotros percibamos esa sensación. El aroma es una de ellas. En los últimos años han proliferado las fragancias para el hogar, y he de reconocer que me encantan. Sin embargo hay dos olores que relaciono con el invierno, con el calor termostático, y con el calor de hogar. No hay mejor fragancia invernal que el aroma a eucaliptos y a café.
Un café a media tarde, es uno de los mayores placeres de esta época del año. Y para hacerlo más placentero aún, el innovador diseño de cafeteras, tazas y juegos de café, que nos presentan algunos fabricantes, nos invita a estrenar menaje cada temporada.
Le Creuset
Cada estación del año tiene su propio encanto. En lo que a decoración se refiere, también.
Gabarró
Disfrutaremos de las sorpresas que nos deparan los meses venideros.
Por Olaia Pellón
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Publicado el: 07-11-2008 | Autor: Olaia Pellón