Clafoutis de frutos rojos para mamá

Con el día de la madre a la vuelta de la esquina, este de hoy es un postre perfecto. Se hace en un momento. Al no llevar mantequilla ni nata resulta mucho más ligero que las versiones clásicas, y las frutas rojas le dan un punto ácido que hacen que no sea un postre excesivamente dulce. Puedes servirlo en moldes individuales o en uno grande, como si fuese una tarta.

Comprobarás que la masa es mucho más líquida que la de otras tartas con frutas. El clafoutis a mí me recuerda a la masa de las crêpes, así que además de por su nombre, por su textura es un postre verdaderamente francés. El más típico se hace con cerezas frescas enteras, pero encontrar huesos de cereza en una tarta, por más que la haga quedar preciosa, es algo a lo que no puedo acostumbrarme.

Es una receta tan sencilla y tan rápida, -yo he puesto frutos rojos que además, puedes tener en el congelador-, que resulta de lo más socorrido como postre cuando tienes algún imprevisto. Pero es tan delicioso y tan delicado que cualquier madre pensará que lleva mucho más trabajo del que realmente tiene.

Si te apetece, lo puedes servir con una bola de helado de vainilla, o con una cucharada generosa de yogur griego.

De todos modos, no es imprescindible, porque solo está delicioso.

CLAFOUTIS DE FRUTOS ROJOS PARA MAMÁ

Ingredientes (para 6-8 personas)

• 400 a 500 gramos de frutos rojos (pueden ser congelados), lo suficiente para cubrir toda la base del molde que vayas a usar)

• 80 gr. de azúcar

• 80 gr. de harina

• 3 huevos

• 75 ml. de leche

• 125 ml de  yogur natural

• mantequilla o aceite (para untar el molde)

• sal

Preparación

Batir en un bol los huevos con el azúcar y mezclar bien. Añadir la harina y mezclar de nuevo. Agregar la leche y el yogur y volver a mezclar. Añadir una pizca de sal y batir hasta que quede una mezcla homogénea, si hace falta con una batidora eléctrica. 

Precalentar el horno a 200º. Pintar con mantequilla el molde que se va a usar, mejor si es de base desmoldable. Repartir las frutas del bosque, lavadas y secas (si son congeladas también se pueden poner tal cual directamente, sin descongelar), cubriendo todo el fondo del molde. Verter la crema, llevar al horno 35-40 minutos hasta que esté cuajado y dorado. (Si usas moldes individuales, probablemente con 25 minutos de horno sea suficiente). Servir templado. 

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