Cocooning otra vez

Hace unos meses comentábamos la creciente moda que estaba surgiendo en torno al cocooning, una denominación hasta ahora completamente desconocida para una actividad tremendamente practicada.

Se trata de quedarse en casa, o mejor dicho disfrutar de ella llevando a cabo todas las actividades que esta nos permite. Es una moda estupenda que viene a instalarse en nuestras vidas en un momento genial, ya que con la que está cayendo, es mejor que se ponga de moda esto, que no otras actividades que conllevan gastos, desplazamientos, salidas…

Aunque pensándolo bien, no se si fue antes la crísis o el cocooning…

En cualquier caso es una actividad que independientemente de los fáciles y difíciles momentos por los que pase la economía, suele practicarse mucho cuando llega esta época del año en la que las buenas y cálidas temperaturas nos abandonan, la luz del día desaparece pronto, y las obligaciones diarias no nos dan tregua.

Para sorpresa de muchos, poco a poco durante estos meses descubrirán que nuestra casa guarda extraordinarias sorpresas incluso para los que vivimos dentro, y nos mostrará cada día diferentes formas de disfrutar de ella, que hasta ahora no habíamos percibido.

Como recompensa, siempre podemos ocuparnos un poco de ella, y darle esas cosas que siempre hemos pensado, y también aplazado para otro momento. Quizá ese momento sea este en el que por delante tenemos una larga temporada en la que podremos disfrutar plenamente de todo aquello que incorporemos a nuestro hogar.

Sin lugar a dudas podemos decir que a estas alturas de la película, la tecnología resulta fundamental para todo, y que no podríamos vivir sin ella. En el caso del cocooning, la tecnología viene a complementar casi cualquier actividad.

Jugar a la consola, ver la televisión, preparar una comida, limpiar la casa, trabajar desde nuestro ordenador, escuchar música, comprobar que nuestro bebé duerme en la habitación de al lado, secarnos el pelo, hablar por teléfono…

En pocos años la tecnología se ha convertido en una parte fundamental de nuestras vidas y especialmente de nuestras casas, no hay más que comprobarlo en días de apagón. No sabemos lo que hacer porque casi todo lo que se nos ocurre pasa por un enchufe que en ese momento no está disponible.

Pero al margen de la tecnología, también debe de haber un pequeño espacio que nos permita ese “no hacer nada” que tanto nos gusta en ocasiones, y para disfrutarlo al máximo, nada como un entorno cálido y acogedor. Por eso, si en este momento te estás planteando que tu casa necesita un repasito, no lo dudes más, este es el momento perfecto para hacerlo.

Una vez hecho el trabajo disfrutarás de tu casa más que nunca, y tus momentos vividos  en ella serán mucho más agradables y memorables.

Fotografías: Philips