Es curioso comprobar como a uno y otro lado del charco, los rituales y costumbres de celebrar un mismo momento son completamente diferentes. Afortunadamente, vivimos en un mundo cambiante en el que las culturas se importan y exportan cada día, consiguiendo que se poco a poco se vayan fusionando unas con otras, culminando en una riqueza cultural internacional.
En España es el día 1 de Noviembre el que tiene la fuerza de la celebración. Es un día dedicado a la memoria de los seres queridos que ya no están con nosotros, y para ello se visitan los cementerios y se depositan flores en sus tumbas.
Los crisantemos son las flores de los difuntos por excelencia, una flor de la que ya hemos hablado en DecoEstilo. Una flor cuya principal cualidad es la sencillez, y que podemos encontrar de muchos y variados colores. Con ella que podremos crear ramos y centros tan atractivos como nos lo permita nuestra imaginación.
Sin embargo, al otro lado del charco, la fuerza de la celebración se concentra en la noche del 31, una noche en la que los sustos, los disfraces y las calabazas son los protagonistas de la noche, pero como ocurre casi siempre, es cuestión de imaginación y creatividad el poder transformar una decoración de dudosa belleza, en algo atractivo, cálido y agradable.
Es una fiesta en la que los niños estarán muy presentes, razón por la cual, deberemos tener cierta precaución con la decoración que utilicemos, y rebajar en la medida de lo posible toda la apariencia desagradable que suelen tener los etilismos de Halloween, para que los pequeños disfruten de cada momento.
Tan solo se tratará de echarle imaginación y darle una vuelta de tuerca para conseguir una decoración propia de la celebración, pero que no lleve a nadie a sentirse incómodo.
Calabazas, calaveras, vampiros y monstruos pueden ser el molde perfecto para hacer un dulce postre con el que terminar la celebración.
Pero también pueden acabar convertidas en simpáticos muñecos que lejos de horrorizar, pueden llegar a causar ternura.
Las decoraciones temáticas, como casi todas las cosas, también son susceptibles a las modas y a las tendencias de la decoración de cada momento, y por eso cada año, la temática de Halloween suele tener una cierta semejanza con la moda.
Este año en que los acabados metalizados y los materiales naturales están más presentes que nunca, las calabazas se quitan el traje de miedo, y se ponen el del glamour.
Halloween es una celebración que tiene lugar en otoño, y todas aquellas menciones a esta época del año quedarán completamente integradas en esta decoración. Las hojas secas caídas de los árboles y los frutos de otoño son un recurso muy utilizado para complementar estos estilismos.
La realidad es que si bien es una fiesta de escasa tradición, es una excusa como cualquier otra para reunirnos con nuestros amigos en torno a una mesa, decorada para la ocasión.
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Fotografías: Potterybarn, Cuisine Paradiso, Royal Van Zanten
Por Olaia Pellón
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Publicado el: 23-10-2009 | Autor: Olaia Pellón