Hace algunas semanas, dedicábamos un artículo a decorar la habitación del bebé. Pero sin lugar a duda, esta es la habitación que más cambios precisará a medida que su morador vaya creciendo, ya que sus necesidades cambiarán constantemente, y su dormitorio deberá hacerlo también, para ayudarle en su desarrollo.
Al principio se trataba de un espacio en el que la única actividad a desarrollar era la de dormir, y por esa razón buscábamos un ambiente tranquilo, sedante y vacío.
A partir de los 2 ó 3 años de edad, los niños se encuentran en pleno desarrollo. Los colores y las formas actúan como estímulos externos a las capacidades sensoriales.
En este momento, huimos del monocromo, de los colores pasteles y las formas simuladas.
La habitación se vuelve colorista, apostamos por el contraste de tonalidades, siempre teniendo en cuenta que no todos los colores estimulan los mismos sentidos.
Los tonos azules ayudan a estimular el intelecto, mientras que los naranjas desarrollan la creatividad. La fantasía que inunda la mente de los pequeños se muestra en sus gustos cromáticos, y si preguntamos a un número de niños por su color favorito, un alto porcentaje de ellos, se decantará por el naranja o el amarillo. El azul lo escogerán los un poco más mayores.
Los niños crecen y la cuna pasa a mejor vida. Aunque lo ideal es optar por una cama grande, generalmente el diseño del mobiliario juvenil solo nos permite colocar una cama de 90 cm de ancho.
Una de las aficiones de los más pequeños es invitar a sus amigos a dormir con ellos, por eso es aconsejable contar con alguna cama adicional.
Aunque las literas han existido siempre, no es la mejor opción si las dos camas no se utilizan de manera habitual. En estos casos una versión moderna de la litera es la cama nido o el compacto, que alojan bajo la cama principal, una segunda cama e incluso pueden albergar una tercera.
En ese espacio que queda bajo la cama, también podemos optar por colocar jugueteros, cajones enormes, de gran profundidad, que se sitúan a ras de suelo, por lo que facilitarán a los pequeños el acceso a sus juguetes.
A esta edad, los niños necesitan espacio en su habitación para jugar y realizar actividades que ayuden a desarrollar la capacidad psicomotora.
Poder ocultar la cama adicional o los jugueteros bajo la cama principal hace que dispongamos de ese espacio vacío en la zona central.
Las paredes suelen sufrir las temidas ocurrencias de los niños, pero para protegerlas, podemos colocar un zócalo de un material resistente. Lamas de madera, rafia o incluso forrar ese tramo de pared con pizarra, es una solución para que desarrollen su creatividad ahí, y pongamos a salvo la tapicería del sofá.
Desgraciadamente los niños crecen más deprisa de lo que nos gustaría, y antes de que nos demos cuenta, comenzarán a ocupar sus tardes, haciendo deberes escolares.
Necesitarán un lugar en el que hacerlo cómodamente. Ahora incluiremos en el mobiliario de su habitación una mesa de trabajo. Y aunque de momento no sea necesario el uso de un ordenador, lo será muy pronto, por lo tanto, debemos ser generosos con el tamaño de la misma.
Personalmente creo que algo que no debe faltar en la habitación de los niños para que se note realmente que lo es, es el color.
Fundas nórdicas, cojines, cortinas, alfombras y sus propios juguetes contribuirán a esa fiesta cromática que tendrá lugar en el dormitorio.
Fotografías: Colección Baby de BM2000
Por Olaia Pellón
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Categorías: Infantil-Juvenil
Publicado el: 14-11-2008 | Autor: Olaia Pellón