El verano ya llegó, ya llegó, ya llegó...

La llegada del mes de junio es la llegada definitiva del verano. Es el momento de abrir las ventanas, de dejar paso a la luz, al aire fresco de las noches estivales…

Algunos ya vislumbran sus vacaciones en el horizonte, a otros les toca esperar un poco más, para los universitarios es el peor momento del año, para los niños más pequeños es el esperado final de curso… Pero para todos ellos, el exterior se convertirá en protagonista del día a día a partir de ahora, y para disfrutar al máximo… ¡manos a la obra!

Sin indagar mucho en los diferentes ambientes exteriores, de momento vamos a dar un paseo por todo lo que el mercado ofrece pensando en el exterior. En los espacios más grandes o pequeños, en las terrazas, en las piscinas, en los jardines, porches, balcones…

El sol es el protagonista del exterior, de modo que todo aquello que coloquemos deberá ir destinado a que disfrutemos al máximo de él. Tumbonas, sillas, hamacas y demás asientos pensados para disfrutar de agradables baños de sol, pero también pérgolas, toldos o sombrillas pensados para refugiarnos de su incidencia.

Puesto que el disfrute del exterior se convierte durante el verano en posible 24 horas al día, los fabricantes de mobiliario de exterior también piensan en las veladas nocturnas en compañía, y nos ofrecen comedores de exterior, cerramientos…

En algunos lugares, la climatología local permite incluso poder dormir o echar una siesta fuera de casa, lo que permite colocar en el exterior muebles específicos a este fin, de los que en otros lugares nunca hubiéramos podido disfrutar.

Los tejidos vaporosos como las gasas o las sedas son un elemento clave en la decoración exterior, ya que aportan una sensación envolvente,  a la vez que los surcos o canalones que  se forman con su caída, simulan el movimiento del aire y la brisa marina.

A la hora de iluminar el exterior, hay una parte fundamental que debemos tener en cuenta, que es la de que debemos pensar que la luz que pongamos nos debe permitir poder ver bien dentro de la oscuridad.

Pero sin lugar a dudas hay una parte de la iluminación que únicamente pasa por la estética, y que sin embargo es la que mejor resultados puede conseguir. Esa iluminación que no se caracteriza por la cantidad, sino por la belleza que le aporta a cada ambiente.

Para otros la llegada del verano supondrá poder hacer esas cosas que durante el año nos es imposible. El verano es un buen momento para dedicarle tiempo a nuestro lado espiritual, al espíritu aventurero, o a nuestras aficiones más terrenales. Para todos ellos también hay una decoración especial.

Y de aquí en adelante, el verano llega a su máximo esplendor. Nos ocuparemos de él.

Fotografías: Unopiu, Gastón y Daniela, Royal Botania

Por Olaia Pellón