Esta no es la primera vez que dedicamos el protagonismo de la semana a un color concreto, lo habíamos hecho con el rojo y con el azul, y esta semana queremos dedicársela al amarillo.
Un color al que no todos muestran simpatía, ya que está injustamente relacionado con la mala suerte, y especialmente la gente que trabaja en televisión y teatro, suelen huir con fuerza de este color.
En la cocina es posible que no sea uno de lo colores más utilizados, el blanco el azul o el rojo suelen encontrarse con mucha más frecuencia en este espacio, sin embargo es un color cálido y agradable en la cocina.
Los menos atrevidos pueden optar por tonalidades suaves, que combinadas con muebles realizados en madera de cerezo, culminan en ambientes calmados, muy alejados de lo que en principio nos puede parecer que supondrá el color amarillo.
Las tonalidades más brillantes las dejaremos para aquellos que busquen ambientes atrevidos y llenos de color.
La combinación de este color con muebles realizados en madera de wengué u otras maderas oscuras, produce contrastes muy apropiados para viviendas de estilo actual, en las que huimos de la armonía y el monocromo.
El amarillo es un color de la gama de los tonos tierra, lo ocres y los marrones, por esa razón es muy apropiado también para cocinas de estilo rústico y provenzal.
Fotografías: Ikea, Alfa Cerámica, Jab Textil, Aerre Cucine
Esta ha sido solo la primera parada del amarillo, mañana nos detendremos a comprobar lo que nos ofrece en el dormitorio.
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