La palabra Frankfurt, embutido y ciudad a la vez, invita a ejercer los placeres de comer y viajar al mismo tiempo. Por esta razón, y ante el encargo de generar un nombre sencillo y memorable para este local de restauración, Daniel Pérez y Felipe Araujo de Denys & von Arend, apostaron por Frankfurt Station no sólo como nombre de local, sino como hilo conductor y directriz estética en el proceso de diseño.
La geometría del espacio sugería por si misma, un andén y un vagón. Por tanto, en su parte anterior, la barra fue tratada como gran mostrador /taquilla, mientras que en el área de comedor posterior, se optó por sentar a los comensales de acuerdo a la clásica disposición de asientos en un tren: A ambos lados de mesas rectangulares, los asientos dobles y enfrentados flanquean una “ventana estática” conformada por una estantería retro-iluminada y salpicada de verde, por la cual asoman, en vez de paisajes, cervezas de diferentes procedencias.
Trasladando el concepto Low Cost de calidad al campo de la arquitectura interior, los revestimientos de gran resistencia, bajo coste y fácil mantenimiento típicos de los espacios públicos de alto tránsito son empleados también en este local, variando su colorido y su despiece para dotarles de la calidez de la que suelen carecer en sus aplicaciones más frecuentes.
De ésta forma vemos como la tradicional baldosa de 10x10cm, virada ligeramente hacia una tonalidad “vintage” de verde “piscina”, se actualiza, ganando en cualidad decorativa, protagonismo y singularidad.
A su vez, y en este caso en los servicios, la alternancia de colores se aleja de los patrones regulares, tiñendo las estancias, desde el techo hasta el suelo, y de forma aparentemente aleatoria de un vibrante amarillo que hace de éstos cuartos de baño mucho más que simples dependencias de servicio.
Por su parte, los revestimientos de madera, que cayeron en desuso en las instalaciones públicas hace casi más de un siglo, vuelven a ser empleados en esta estación gracias a las conseguidas imitaciones que sobre sustratos porcelánicos se hacen hoy en día de éstas texturas. La alternancia de patrones de textura visual: geométrica y orgánica; baldosa y madera, destacan sobre la sobria limpieza de un fondo de profundo gris, que recubriendo techos y paredes del espacio, se ve salpicado de lámparas de aspecto industrial, colocadas a modo de luminarias domésticas.
Por otra parte, a nivel visual, sería difícil disociar una estación de tren de su típica profusión de mensajes escritos: de su necesaria señalización, advertencias de seguridad y de la caótica sobreabundancia de publicidad en texto e imágenes. Por tanto, para la recreación de éste tipo de entorno fue necesario traducir todo este ruido visual a una armoniosa textura gráfica que reinterpretada bajo forma de mensajes alusivos al viajar y al comer, lograse añadir atractivo estético a los planos verticales que delimitarían la experiencia.
Como consecuencia, la imagen corporativa resembla de forma inconfundible aquella del sistema de metro más popular y antiguo del mundo: el “tube” de Londres; y el sistema combinado de tipografía e ilustración gráfico que compone los rótulos , las señalización, los horarios de apertura y los menús conjuga siempre el tradicional binomio de icono + texto que facilita la comprensión.
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Publicado el: 27-06-2014