Lijar superficies: así se hace

Muchas personas creen que lijar una superficie, especialmente si es de madera, consiste simplemente en pasar un papel de lija por encima, y listo. No pueden estar más equivocados: como todo en esta vida, el lijado puede hacerse mal, regular y bien. Además, existen gran cantidad de materiales que pueden llevar a confusión a los amantes del bricolaje; en este artículo vamos a intentar aportar un poco de luz en medio de dicha confusión.

Imagen Lijar superficies: así se

Los materiales para lijar son de varios tipos: papeles de lija, lanillas, tacos, telas, bandas, hojas con velcro para lijadoras… Los papeles son hojas de cartón fino o papel duro, recubiertas por una de sus caras de un polvo abrasivo (suelen ser de sílice) más o menos grueso. Cuanto mayor sea el número que aparezca en la lija, más fino será el abrasivo. Las lijas de agua son las más finas de todas; se llaman así porque para lijar metales y lacados (nunca de goma laca), a veces el papel se humedece con agua (sola o jabonosa), lo que sirve como lubricante y evita arañazos en la superficie.

Imagen Bricolaje: lijar superfi

Las lanillas son madejas de hilos de acero de distintos grosores (00, 000 y 0000; a mayor número de ceros, más finas). Sirven para pulir superficies: lacados, barnizados a goma laca, encerados… Son abrasivos muy suaves que no arañan las superficies, y simplemente las suavizan. Una opción similar es el estropajo verde de toda la vida. Los tacos de lijar son una especie de esponjas rectangulares y compactas, que se suelen usar para lijar paredes. En cuanto a las lijas de tela, son complicadas de encontrar; su mayor ventaja es que resultan mucho más resistentes que el papel de lija corriente, y también más flexibles, lo que las hace perfectas para superficies curvas o torneadas.

Para lijar una superficie de madera correctamente, lo primero y más importante es hacerlo en el sentido de la veta para no rayarla. Primero es aconsejable humedecer la superficie con aguarrás puro (esencia de trementina), de forma que al secarse, el líquido levante el poro de la madera. Primero hay que pasar una lija más gruesa (el número dependerá de lo basta que esté la madera, pero suele ser suficiente con una lija del 180) y después ir afinando (bastará con otra lija del nº 280). Para terminar, se retira el polvo con un paño humedecido en alcohol.

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Las máquinas y herramientas para lijar son una buena ayuda para el bricolaje. Las lijadoras de banda sirven para desbastar maderas en bruto, lijar suelos e incluso decapar; hay que tener cuidado con ellas porque se comen la madera de forma rápida. Las lijadoras orbitales son una excelente elección para superficies planas y grandes, mientras que las versiones delta resultan perfectas para rincones y esquinas. Hoy día, muchas lijadoras tienen sistema de fijación por velcro, lo que facilita considerablemente el recambio de las lijas.

Fotos: Marta Sánchez, Bosch.Li

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Categorías: Muebles y restauración

Publicado el: 27-01-2011 | Autor: Marta Sánchez

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