Mermelada de tomate y manzana verde

Un buen tomate maduro en ensalada, o incluso solo, con un chorrito de aceite y sal, es absolutamente perfecto. No hace falta añadirle mucho más para convertirlo en un bocado delicioso.

Aún así, el tomate se puede cocinar de mil formas y usarse para añadir sabor, color y olor a infinitas preparaciones. Una forma menos habitual de tomarlo, pero también deliciosa, es preparar mermelada de tomate.

La mermelada de tomate añade el toque dulce a la acidez típica del tomate, y da muchísimo juego para preparar aperitivos.

Por ejemplo, se pueden preparar unas tostas con pan, mermelada de tomate y un queso cremoso, tipo brie. O se puede usar para añadir un toque de sabor y color al decorar un plato. Esta receta además, juega con la textura y el extra de sabor que le dan las manzanas verdes para conseguir una compota muy equilibrada.

Otra idea con esta mermelada: Añadir un par de cucharadas soperas de esta mermelada a la vinagreta, y las ensaladas cambiarán totalmente.

Mermelada de tomate y manzana verde

Ingredientes

• 1 kilo de tomates muy maduros
• 2 manzanas verdes medianas (Granny Smith) peladas, y cortadas en dados
• 500 gramos de azúcar glas

Preparación

Para usar los tomates, primero hemos de escaldarlos para quitarles la piel. Para ello, poner agua a hervir, hacer un corte en los tomates en forma de X en el lado opuesto al corazón y sumergirlos 30 a 40 segundos en agua hirviendo. Inmediatamente, sacarlos con una espumadera y ponerlos en un bol con agua helada, o con hielo, para cortar la cocción.

Quitarles el corazón y la piel, que saldrá con las manos. Mejor mojarlas en agua fría para no quemarse al hacer esto.  Cortar los tomates ya sin piel y limpios, en dados. Mezclar los tomates con las manzanas también peladas, descorazonadas y cortadas en dados, junto con el azúcar en un cazo. Calentar a fuego medio hasta llevar a ebullición, removiendo de vez en cuando. Cuando comience a hervir, mantener a fuego medio unos 40 minutos, destapado y moviendo de tanto en tanto para que no se pegue, y aplastando con una cucharada de madera los trozos más grandes, hasta que tenga la consistencia de mermelada. Dejar enfriar y servir.