También podríamos dejarlo simplemente en “noches de satén” pues lo del blanco pasa por modas, gustos y tendencias, pero el satén es el afrodisíaco decorativo por excelencia.
Dentro de la decoración más romántica, las sabanas de satén, raso o de seda siempre han tenido un lugar privilegiado y una excelente consideración.
Como ocurre con todas las cosas, también tienen detractores, como aquellos que opinan que son escurridizas y resbalosas, y que resulta casi imposible no deslizarse por ellas mientras duermes.
Pero sin lugar a dudas, son las protagonistas indiscutibles de cualquier velada romántica.
La suavidad del tejido y sobre todo su textura, hacen que se formen unos sugerentes pliegues, muy atractivos y delicados.
Desde los tonos blancos, pasando por beiges, cavas y tostados, hasta llegar en la actualidad a los más atrevidos.
Tan solo son su presencia en el dormitorio, conseguirás un embriagador ambiente que te invitará a dar sienda suelta a tus pasiones.
Fotografías: Descamps, Baco´s, Lawrence