Pompas de jabón

Tradicionalmente  los novios, tras convertirse en marido y mujer, eran recibidos en el exterior del templo con una lluvia de granos de arroz, cuyo significado era el de desearles  fertilidad.

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Y aunque el momento podía resultar muy bonito, conllevaba una serie de incomodidades. En primer lugar la posibilidad de sufrir un golpe de arroz en alguna parte del cuerpo, o el de estropear una prenda de ropa oscura con el polvo del arroz, y el más peligroso, resbalar con el arroz que finalmente acababa en el suelo.

En la búsqueda de soluciones y alternativas se impuso la moda de lanzar pétalos de rosa, algo que resultaba mucho más romántico y estético, especialmente en las fotografías de la boda.

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Pero en la actualidad la tendencia pasa por algo mucho más ingenioso, las pompas de jabón. Puedes poner una cestita con pomperos en un lugar al alcance de los invitados. Cada uno puede coger el suyo y cuando los novios salgan del lugar de la celebración, lo harán bajo una preciosa nube de pompas de jabón.

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