Pongos y recuerdos entrañables

Si hay una norma decorativa que debe estar presente en cualquier casa, es que se note la vida que se desarrolla en ella. Que se huela el mundo, el espíritu y la personalidad de quienes la habitan.

Y una de las maneras de hacerlo es que quede impresa en ella la huella de nuestros viajes por el mundo, por eso siempre es bueno que dispongamos de espacios libres, que nos permitan añadir estos recuerdos a la decoración. Decorar despacio, sin prisas, dejando cosas sin terminar para que nuestra casa crezca al mismo tiempo que nosotros.

Los más fieles lectores de decoestilo, ya conocen mi casa, y habrán comprobado que la pared donde se apoya el sofá lucía vacía, en una paciente espera por albergar algo que incorporar a la biografía de mi vida.

Pues ha llegado el momento, mi espíritu aventurero me ha llevado a oriente medio, y de ahí he traído conmigo un inmenso papiro que ya luce en esa pared, formando parte de la historia y los recuerdos de este hogar.

El enmarcado lo ha llevado a cabo el prestigioso estudio de enmarcación “Molcris” de Bilbao, que haciendo gala de su buen hacer, ha conseguido que la belleza del papiro vaya mucho más allá de lo puramente artesanal, y pase a ser una verdadera obra de arte. De paso he aprovechado para cambiar los complementos textiles y el color de la pared, necesitaba profundidad.

Y es que el mundo está lleno de una exquisita decoración a la que no debemos renunciar, como la plata mejicana, las alfombras persas, las máscaras venecianas, las esculturas griegas, el cristal egipcio, las lámparas de papel chinas… por no hablar de lo que nos toca de cerca, porque a lo largo y ancho de la piel de toro en la que vivimos encontraremos un sinfín de maravillas artesanas.

Sin lugar a dudas el mundo es una inmensa tienda de decoración, y poco a poco, nuestra casa se va trasformando en un museo hecho a nuestra imagen y semejanza, que alberga los recuerdos de nuestros viajes, detrás de los cuales, siempre habrá una historia que contar.

Pero además, a medida que estos objetos vayan ocupando cada rincón de nuestro hogar, iremos dejando a la vista de todos, los oscuros secretos de nuestra personalidad.

Los objetos decorativos son el recurso más atractivo que podemos traer con nosotros como recuerdo de un lugar, porque generalmente no son perecederos, y además nos  permiten colocarlos a la vista de todo el mundo, en una zona común como el pasillo ó el salón, de manera que con una sola mirada en un momento dado, podamos hacer un viaje por el mundo a través de nuestra memoria.

Hay quien incluso no se queda en el pequeño objeto decorativo que traemos en la maleta, sino que encarga los muebles de su salón o dormitorio, lo que hará que esta estancia sea tremendamente especial. Cruzar cada noche el umbral de la puerta de ese dormitorio, nos hará soñar con los recuerdos de las ultimas vacaciones.

De todas maneras, si tu espíritu aventurero está todavía por demostrar, no te preocupes, todos tenemos amigos que nos demuestran todo lo que nos quieren trayéndonos figuritas y pongos de cada viaje que hacen.

Y les estamos muy agradecidos oye!! Pero claro, y ahora… ¿dónde lo pongo?

Fotografías: Sia, Kurtta, Brunschwig.

Por Olaia Pellón