Reparar baldosas y juntas deterioradas

Un suelo de baldosas cerámicas puede durar mucho tiempo en excelentes condiciones, pero no es indestructible. A veces ocurren “accidentes” que provocan desperfectos, como por ejemplo baldosas rotas o con partes que faltan. Las juntas o llagas entre baldosas también sufren bastante con el paso del tiempo y la limpieza, y a veces se desgastan o pierden color, dejando un antiestético aspecto que afecta al conjunto. Todos estos problemas tienen solución y, además, está al alcance de cualquier “manitas” mínimamente habilidoso.

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Sustituir una baldosa rota: en primer lugar hay que pasar un cincel por el borde, golpeándolo con un mazo, para quitar el material de las juntas. Después procederemos a quebrar la baldosa en total, dándole un golpe con el cincel y el mazo en el centro. Los trozos los iremos sacando de la misma forma, y al final repasaremos el suelo para quitar los restos de adhesivo. Para pegar la nueva pieza, aplicaremos cemento-cola en su base con una llana dentada, la colocaremos en su lugar y la asentaremos con el mazo. Cuando esté seca, sólo quedará rellenar las juntas con cemento-cola de color similar al del resto del suelo.

Rehacer un trozo de baldosa que falta: si sólo se ha roto un trozo de baldosa y no lo conservamos (por ejemplo, una esquina), podemos intentar rehacerlo. Para ello hay que utilizar masilla cerámica de dos componentes, que se presenta en forma de dos tiras (una blanca y otra amarillenta). Las tiras se mezclan entre sí hasta que la pasta tenga color uniforme. Ya sólo falta moldear la pasta para darle la forma del trozo que falta; después se deja secar y se lija. Es posible que haya que pintarla de color similar al del suelo, lo que haremos con pinturas o esmaltes sinténticos (al aguarrás o al disolvente, más resistentes). Una vez seca y terminada, la pieza se puede pegar al suelo con un adhesivo de montaje profesional.

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Juntas deterioradas: las juntas de colores oscuros, por ejemplo negro o gris oscuro, se suelen decolorar con los sucesivos fregados. Una forma de recuperarlas es aplicarles una pintura rebajada. Antes tendremos que enmascarar las baldosas con cinta de carrocero para no mancharlas; si pintamos las juntas con un pincel y buen pulso, es posible que nos podamos ahorrar ese trabajo. Para pintarlas emplearemos un esmalte sintético de color negro, diluido con un chorrito de aguarrás. Mientras apliquemos la pintura en las juntas, podemos ir limpiando las baldosas (en el caso de que las manchemos) con un paño suave mojado también en aguarrás. Una vez seca la pintura, si queremos que nuestras juntas tengan una resistencia máxima, siempre podremos barnizarlas con cuidado empleando un barniz sintético mate.

Imágenes: seishin17, Luxury Home Living.

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Categorías: Suelos y pavimentos

Publicado el: 12-05-2011 | Autor: Marta Sánchez

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