En 1940 abrió sus puertas El Puchero en la calle Larra Nº13. Desde entonces han pasado más de 70 años, tiempo suficiente para consolidarse como referencia en la historia de la capital y un lugar donde compartir tertulia y mantel.
Hoy, como reza su carta, es uno de esos pocos lugares en Madrid donde aún se guisa y en el que continúan apostando por esos productos fugaces y esas elaboraciones largas y minuciosas que ya casi nadie ofrece en la capital. Ahora, en una época de recuperación de los sabores tradicionales y los productos locales y de temporada, la cocina de El Puchero se encuentra de plena actualidad y se presenta en medias raciones y en versión take away para satisfacer las necesidades de su nuevo público gourmet.
Como en El Puchero se ha hecho toda la vida, su jefe de cocina, Eloy Monzón, acude cada día al Mercado Barceló y al Mercado Maravillas para adquirir las mejores materias primas de temporada. Productos excelsos con los que elabora esos platos de siempre, tal y como hacían las abuelas, con mimo y paciencia. Así en su carta de invierno podemos encontrar las criadillas de toro rebozadas, el pisto con huevo -como se sirve en las casas-, las habitas frescas con jamón, los riñones al Jerez, el rabo de toro o la perdiz estofada.
Entre ellos tampoco faltan los postres caseros como la leche frita o los crepes que aún continúan sirviendo flambeados. En respuesta a la demanda de comer bien y auténtico como en casa, esta temporada además incorpora un guiso cada día de la semana: lentejas los lunes, cocido completo los miércoles o albóndigas caseras los jueves.
Una propuesta prácticamente única ya en Madrid, que se sirve en un espacio que mantiene la esencia de las tradicionales casas de comidas y se completa con el trato familiar que ofrecen a su fiel clientela. Entre sus asiduos clientes se encuentran representantes de la vida social madrileña como el pintor Luis Feito que ha regalado varios de sus cuadros a El Puchero y que cuelgan de sus paredes en su honor y quién se ha encargado incluso del diseño de su carta, o el diseñador Lorenzo Caprile, que siempre ocupa una pequeña mesa de su salón principal. Un lugar protegido por un curioso amuleto que cuelga de su techo, que guarda la historia de Madrid.
El falso espejo de El Puchero
En manos de la familia Alvárez desde principios de los 80, El Puchero abrió en 1995 una nueva sede en la calle Padre Damián bajo el mismo nombre y manteniendo la misma filosofía, pero con propuestas diferentes para adaptarse al público de la zona. Así, en El Puchero de Padre Damián el cliente puede encontrar platos únicos como el civet de liebre o el cochinillo asado. A priori, dos locales iguales, pero con un fondo diferente.
EL PUCHERO (Larra, 13)
Teléfono: 91 445 05 77.
EL PUCHERO (Padre Damián, 37)
Teléfono: 91 345 62 98.
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Publicado el: 04-02-2014 | Autor: Olaia Pellón