Hace unos días os contábamos nuestro agradable paseo por Casadecor Barcelona, y os contábamos que allí habíamos podido ver todo tipo de espacios. Salones, dormitorios, espacios de trabajo, locales comerciales… hoy queremos mostraros en profundidad el espacio diseñado por Molins Interiors, el Restaurante Xup Xup.
La peculiaridad de este espacio es que no solo se ha proyectado para ser visitado, sino que estará en funcionamiento durante el mes que durará la muestra.
Proyectado por Molins Interiors en colaboración con el grupo Arts Catering, Xup Xup está haciendo que la parada gastronómica de esta edición de casaDecor sea una experiencia única para los 5 sentidos.
El espacio está ubicado en el semi sótano del particular edificio modernista del que os hablábamos el otro día. El espacio destinado al restaurante se distribuye a través de tres salas intencionadamente diferenciadas en lo que a interiorismo se refiere, pero con un hilo conductor, los utensilios gastronómicos que se empleaban a primeros de siglo.
De este modo, en cada una de las salas del restaurante se ha querido brindar un homenaje a aquellos utensilios cuya utilidad ha perdurado década tras década, como el porrón, el mortero o la bota de vino, entre otros.
En la primera de las salas, los objetos entorno al vino y al cava son los grandes protagonistas. Una de las paredes se ha recubierto a base de tapones de corcho antiguos, de los que se empleaban en las grandes barricas.
Porrones de vino convertidos en lámparas de mesa. Lienzos realizados con tela de pañuelos de hacer farcells explosionan en paredes y techo, convirtiéndo los colores básicos del pañuelo (negro, naranja y marrón) en la influencia cromática del espacio.
En la segunda sala, será el mortero y sus colores verdes y amarillos quienes se fundirán en el espacio, a través de las paredes, las sillas y cojines.
Una réplica sobredimensional de la particular mancha verde del mortero será la estrella de una de las paredes principales, compartiendo protagonismo con un tronco de madera de pino tallado en una sola pieza de 7mtrs, que servirá de barra a compartir con otros comensales.
Por último, en el privé contiguo a la 2ª sala, se ha querido homenajear a la bota de vino, y a sus colores de referencia más castizos como el rojo, el negro y a piel natural, reinterpretando un gran clásico como la bota, a modo de lamparón que ilumina la única mesa redonda para 8 comensales del restaurante, lacada en color rojo sangre, y que hace de esa sala un entrañable comedor de interminables sobremesas.
El resultado es un espacio que invita a disfrutar de una vivencia gastronómica completa, donde la vista, el gusto, el tacto, el oído y el olfato se funden en una experiencia única.