La técnica del dorado con panes de oro (unas finísimas láminas de oro de 24 kilates que se fijan sobre madera preparada o yeso, para imitar el aspecto del oro bruñido) tiene siglos de antigüedad. Los artesanos doradores son auténticos expertos, capaces de manejar el oro a la perfección y crear maravillosos espejos dorados, retablos, molduras de techo… Sin llegar a esos extremos, también nosotros podemos restaurar objetos dorados que se nos hayan estropeado o aplicar esta técnica a distintas piezas para darles un nuevo look.
El pan de oro es el material que se usa para dorar. Actualmente, en manualidades de suele emplear el falso pan de oro, una aleación de metales que imita al oro y resulta mucho más barata y sencilla de manejar. Existe también pan de plata, de cobre, con toques de óxido… Todos ellos se manejan de igual manera. Las hojas de pan de oro se colocan sobre una almohadilla con pantalla de pergamino llamada pomazón y se cortan con cuchillos especiales de doble filo, cogiéndose luego con una finísima brocha plana de pelo natural llamada polonesa.
El falso pan de oro puede incluso manejarse con los dedos, siempre que nos los impregnemos de talco y tengamos mucho cuidado. Para pegarlo sobre la superficie a dorar, hay que aplicar primero un adhesivo llamado mixtión y dejar secar el tiempo que indique el envase. Cuando esté mordiente, pegaremos el pan de oro en trozos y lo fijaremos con un pincel suave. No pasa nada porque aparezcan grietas; pueden contribuir al aspecto envejecido de la pieza. Después hay que dejar secar el oro durante 24 horas, y ya lo podemos envejecer. Puede hacerse frotándolo con algodón (para eliminar las partes no fijadas y sacarle brillo), para después aplicar una pátina de envejecimiento similar a la utilizada en los muebles con acabado en blanco envejecido (también se venden preparadas).
La base para aplicar el oro se hace tradicionalmente con estuco o gesso, una mezcla de yeso y cola que puede encontrarse preparada en tiendas de manualidades y centros de bricolaje. La masa se aplica con brocha y se lija para dejarla fina; después se da una mano de bol (una arcilla especial de color rojizo que se mezcla con cola de conejo caliente), aunque el bol también podemos simularlo con pintura plástica o acrílica color rojo inglés, de la que aplicaremos tres manos. La pintura se pule con lanilla de acero nº 0000 y ya podemos empezar con el dorado.
Imágenes: News-antique.com, Antiquarian Society, Fine Art Restoration.
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Categorías: Arreglos en el hogar
Publicado el: 28-04-2011 | Autor: Marta Sánchez