Es curioso, a simple vista parece un dormitorio blanco y sin embargo está lleno de colores llegados a través de los complementos textiles como la colcha, los cojines o la tulipa de la lámpara, y también a través de los originales sistemas de almacenamiento y los propios juguetes.
Se ha diferenciado perfectamente mediante el color, la zona de descanso y de estudio, de la zona de juegos, donde se ha creado una pared de estantes de colores, ideales para que los niños dejen en ellos sus juguetes, y al mismo tiempo los tengan perfectamente accesibles.
Una de las paredes del dormitorio es un enorme mirador curvo, bajo el que se ha situado un banco para sentarse, y en el que se pueden guardar objetos de pequeño. A su lado la mesa de estudio está flanqueada por dos armarios roperos perfectamente integrados en la decoración de la estancia.
Fotografías: Inhouse Interiors