Sencillez y austeridad ornamental, eso es lo que buscamos una vez pasada la vorágine de las fiestas y recuperamos nuestra vida normal, por eso hoy os mostrsmoe este dormitorio, el lugar perfecto en el que refugiarnos a descansar al final de estos días que nos han dejado un poco exhaustos.
Un dormitorio vestido de blanco, y tan solo salpicado con lagunas pinceladas de color azul, un color que salvo los más atrevidos, hace semanas que la navidad dejó aparcado hasta nueva orden.
Fotografías: La Mallorquina