Me imagino durmiendo en este dormitorio un día de primavera y la idea me encanta, pero todavía me resulta más especial pensar en el despertar en un entorno así.
Es un dormitorio que te abraza y que te envuelve, que te protege durante esos primeros minutos de la mañana, llenos de paz y desconcierto.
En el suelo, un montón de revistas y un café que nos recuerdan los grandes y placenteros momentos que pudieron vivirse en este espacio la noche anterior.
Y a un lado de la cama, un poco de naturaleza recién traída del jardín.
Fotografías: Lexington Company